“Cuando te caés en el hielo te quemás todo”

EZEQUIEL G. DEL MONACO

Francisco Martínez, el lateral de All Boys, se crió en Ushuaia y jugó en los Cuervos del Fin del Mundo. “Muchas veces la cancha estaba congelada, pero de a poco te vas acostumbrando...”. El domingo enfrenta a los Cuervos de Boedo: “En el 2009 me entrené con la Cuarta, pero me lesioné y tuve que volverme al Sur”.

-Naciste en la cálida Tucumán pero te fuiste rápido para el frío de Tierra del Fuego, ¿te afectó el cambio de clima? -No, porque desde los tres años me crié en Ushuaia y estoy más acostumbrado a vivir con bajas temperaturas. En invierno es muy común estar con diez grados bajo cero.

-¿Cómo se dio la mudanza hacia el Sur? -Por el trabajo de mis padres. Nos fuimos a probar suerte y nos salió bien.

-¿Desde chico estuviste ligado al fútbol? -A los seis años empecé a jugar futsal en un club de mi barrio y luego era federado en un torneo local.

-¿De futsal saltaste al fútbol once o al revés? -Toda mi vida hice futsal pero cuando me federaron, a los doce años, empecé en cancha grande y jugaba en los dos lados. Si me das a elegir no sé con cuál quedarme.

-¿Cómo es el fútbol allá? -Menos competitivo que acá, si bien hay muchos equipos y futbolistas que juegan en buen nivel, la competencia es diferente y no tenés las mismas oportunidades que acá.

-Seguro habrás jugado en la nieve...

-En Ushuaia he jugado con la cancha medio congelada. Es todo un tema jugar así, pero te acostumbrás...

-¿Y dónde duelen más las caídas? -Caerse con el frío es peor que en el césped. Cuando te raspás te quemás todo por el hielo, y duele un poco más todavía.

-¿Entonces fue un buen cambio? -El cambio de allá para Buenos Aires fue el que más sentí. Me costó adaptarme al calor, lo siento muchísimo y me mató ese cambio de clima. Encima me tocó venir en febrero, que es una época de mucho calor y me costó un montón. Los primeros días iba al entrenamiento volvía y me quedaba todo el día encerrado en casa. Todavía no me adapté al calor.

-¿En qué clubes jugaste en Ushuaia? -En los Cuervos del Fin del Mundo, que es una filial de San Lorenzo que juega en el Argentino C.

-Pero tuviste una chance en un club de Boedo...

-Si, en octubre de 2009 fui a hacer una prueba en San Lorenzo. Había quedado y estaba entrenando con la Cuarta, pero me lesioné y me tuve que volver a Ushuaia a hacer la rehabilitación. Me había fracturado el quinto metatarsiano y estuve dos meses recuperándome. Hice la pretemporada con los Cuervos y empezamos el Argentino C. Y en febrero del 2010 me vine a probar a All Boys.

-¿Cómo surge la posibilidad de llegar al Albo? -Porque tengo un amigo que fue mi técnico en Ushuaia, Javier Esboso. El me trajo a Buenos Aires porque me había comentado que había unas pruebas de jugadores en All Boys. Hasta el día de hoy vivo en su casa y gracias a él estoy acá.

-¿Es como un segundo padre entonces? -Claro, algo así como un tío. El siempre estuvo apoyándome y acompañándome junto con su familia. Estoy muy agradecido por todo lo que hizo. Siempre soñé con esto y no lo puedo creer todavía.

-En el año que estuviste en Reserva jugaste en todos los puestos de la defensa pero, ¿cuál es tu verdadera posición? -Mi posición natural es lateral izquierdo. Aunque la verdad, hace mucho que no jugaba ahí.

-Teniendo a Soto y a Panceri, ¿imaginabas que se te iba a dar todo tan rápido? -No. Sobre todo por la calidad de jugadores que son y la experiencia que tienen. La competencia siempre me va a hacer bien con ellos y siempre va a ser lo más sana posible.

-¿Cuáles son tus principales objetivos? -De a poco, ir afirmándome en mi lugar y lograr una continuidad.

-¿Cómo ves al equipo de cara a este torneo? -Bien, pero irregulares. Trajeron varios jugadores y son todos de muy buena calidad y categoría. Nos estamos adaptando pero seguro nos va a ir muy bien.

-Usás la camiseta 30, ¿pudiste elegir? -No, me la dieron, pero la verdad que me gusta muchísimo ese número. La voy a seguir usando...