Pablo Cavallero Pcavallero@ole.com.ar
Tras la apretada de la barra, el representante de Salgueiro blanqueó el temor del punta. Y el presidente Abdo lanzó una acusación extendida: “Acá hay algo raro”.
La última vez que se había oído su palabra había sido en la alocución del jueves en la puerta del Hindú Club para llenar el vacío de su voz tras la apretada de la barra y la agresión a Bottinelli, más sus derivados. Pues bien, Carlos Abdo ayer reapareció en los medios. Y no con un mensaje conciliador, precisamente. Es que el futuro de Botti todavía está por resolverse y, apenas ocurridos los hechos, fueron varios los futbolistas que, en la intimidad, deslizaron su temor a seguir jugando en azulgrana, incluso desde ya, sin esperar a la reapertura del libro de pases. Como bonus track, Jorge Chijane, el representante de Juan Manuel Salgueiro, declaró en radio: “¿Quién no va a sentir miedo si lo amenazan con un arma? No piensa en bajarse del barco, pero mentiría si dijera que no hemos evaluado alternativas para fin de año”. Ante este panorama, Abdo salió a cruzar la coyuntura. Y azuzó en Diarioshow.com: “Acá hay algo raro que no está relacionado con lo que pasó con Bottinelli. Para mí que muchos jugadores están buscando quedar libres”.
La acusación, en un trance sensible, es dura. La traducción es simple: lo que Abdo quiso decir es que hay quienes aprovechan la veta para buscar la puerta de salida. “Yo ayer estuve con Salgueiro y no me dijo nada, y ahora el representante salta con esto, es raro”, insistió el presidente. El uruguayo fue, junto con Tula, Ortigoza y el propio Botti, uno de los señalados por la barra cuando, en retirada, advirtió: “Ya nos vamos a volver a ver”. En el inicio del entuerto, además, había tenido una discusión de tono elevado con uno de los violentos. Eso sí, más allá de su palabra, Olé no pudo comprobar la presencia de un arma blanca en la historia. Consultado sobre los dichos del presidente, Chijane replicó: “Es un disparate, pero no voy a contestar. Juan Manuel ya dijo que va a dar una mano, después se verá”.
Aunque en charla grupal, y con Omar Asad, la promesa de todos fue trabajar para “salir adelante”, el temor no se evaporó. Y más de uno ya habló con su entorno para evaluar qué hacer más allá de diciembre. La cuestión es que, al igual que con sus declaraciones, Abdo tampoco hizo demasiado para enterrar el susto. “Yo no tengo ningún nombre, presentamos el caso en la Justicia con el fin de que identifiquen a los agresores”, dijo en la misma web. Una finta a lo que pide el caso. No abona a la vuelta a la tranquilidad. Como sus palabras.
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