domingo, 6 de noviembre de 2011

Pínchenlo



Estudiantes no puede despertarse de la pesadilla. Godoy Cruz le ganó 3 a 1 en Mendoza y lo hundió más en la tabla. El panameño Cooper lo definió luego de un gran primer tiempo del Tomba. Antes, Rojas, Ramírez y Curbelo, en contra.
Hace un año, hablar de un partido entre Godoy Cruz y Estudiantes era casi como prometer que iba a haber emociones. Pero el Pincha de hoy no se le parece nada al del pasado y por eso al Tomba le sobró para ganarle sin demasiados problemas. Luego de un arranque prometedor para ambos, el local no tardó en ponerse en ventaja gracias a Ariel Rojas.
Como perdidos, en la defensa del León todavía pensaban en el primero cuando apareció Tito Ramírez (goleador del torneo) y estampó el 2-0 antes de los 15 minutos. Desolador panorama para el Pincha que, no sólo está en el fondo de la tabla, no solo tenía que remontar dos pepas, sino que no tiene como hacerlo. Menos sin Verón y Braña, lesionado y suspendido, respectivamente.
Pero el final del primer tiempo llegó con sorpresa en el mundialista de Mendoza, porque en una jugada aislada, Boselli corrió con Curbelo y el defensor, por evitar el gol de Mauro, se la terminó metiendo a Torrico. Ahí pareció asomar una luz para la visita. El descuento clausuró la primera etapa y en el vestuario podía cambiar la mentalidad para lo que venía.
Cambió sin dudas, pero no fue suficiente. El crecimiento de Estudiantes, con Gastón Fernández y Mariano González inclinó un poquito la cancha pero nunca llegó a poner en graves apuros a Godoy Cruz. Ordenado, el local se retrasó pero no dejó que los delanteros de Estudiantes jugaran muy cerca de su área. Así se dispuso a salir de contra, aprovechando (y muy bien) la desesperación del Pincha.
Llegó lo que se esperaba a 13’ del final. Luego de una contra dos contra dos, Armando Cooper, el panameño que había ingresado minutos antes definió la historia. Incluso pudo ser más, ya que Villar (buena figura) se perdió lo que pudo ser un golazo. Más que merecidos tres puntos para el equipo mendocino, que otra vez se encamina a meterse en la Libertadores.
En la otra vereda, lo de los platenses es puro desconsuelo. El equipo no levanta pero tampoco muestra mejorías acordes a sus necesidades. A las ausencias se les suman la falta de gol de Boselli y la extraña permeabilidad defensiva (encima Leandro Benítez se fue expulsado por desquitarse con Cooper). Apenas cuenta 10 porotos y posiblemente termine la fecha último. No se sabe qué dirá Russo pero, como toda la gente estudiantil, pedirá que alguien lo pinche y lo despierte de este mal sueño.

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